¿Qué enseñanzas nos deja la pandemia?
Creo que la pandemia dejó múltiples aprendizajes. Primeramente nos enseñó qué es convivir con la incertidumbre; con la pandemia experimentamos el sentido profundo, complejo, cabal de la incertidumbre. También nos enseñó que los establecimientos universitarios se pueden adaptar rápidamente cuando se enfrentan a presiones externas, como fue la necesidad de dar respuesta a la crisis sanitaria. En particular, que el cuerpo docente de las instituciones universitarias, independientemente de las disciplinas y profesiones de origen, priorizó los procesos formativos de estudiantes tanto en el grado como en el posgrado. En este sentido que la actividad docente puede ocupar un lugar significativo en el trabajo académico, pues el contexto de excepcionalidad le disputó el tiempo a las tareas de investigación, siempre más valoradas en cuanto símbolo de prestigio de la profesión académica. La excepcionalidad en tiempos de pandemia movilizó la reflexión y la acción, ausente mientras todo se hacía del mismo modo, en torno a cuestiones nodales del proceso formativo, constituyéndose en una oportunidad para revisar la actividad docente. No obstante, también enseñó que resulta difícil sostener los cambios en el tiempo, bajo las condiciones en que se llevaron a cabo, a causa de la sobre exigencia o sobrecarga, el desgaste, la duplicación o triplicación de horas de trabajo, asociados a este nuevo escenario. Finalmente, nos enseñó que es necesario evaluar con sentido crítico los efectos complejos de lo acontecido y proyectar las acciones futuras a través de procesos participativos, con un fuerte protagonismo de todos los actores, en especial del cuerpo académico, con vistas a recuperar la vida democrática de las instituciones, lesionada en el contexto de pandemia.
¿Cómo se proyecta el regreso a las aulas en 2022?
El regreso a las aulas también se proyecta con bastante incertidumbre. Va a depender de las realidades de las instituciones universitarias -y hasta de las carreras- así como de las condiciones sanitarias a comienzos del año 2022. Aún no se vislumbra un horizonte claro. Sin embargo, una certeza es que salimos de casi dos años sin concurrencia a las instituciones, con una confianza excesiva en el valor de las tecnologías digitales para resolver muchos de los problemas relacionados con la formación de grado y posgrado.Esta confianza radica en la respuesta inmediata de las instituciones que rápidamentedispusieron las tecnologías para la enseñanza a través de la creación de aulas virtuales. La discusión político-pedagógica respecto de la integración de las tecnologías en los proyectos formativos de estudiantes está ausente. Este es un debate que debe darse como parte de la política pública y en las instituciones universitarias. Y esto abre la necesidad de definir y explicitar qué se entiende por “modelos híbridos” de formación ya que la realidad actual evidencia diferentes formas de entendimiento, algunas de las cuales resultan discutibles. En principio, considero que es necesario pensar la integración de las tecnologías en el contexto de proyectos formativos consensuados e inclusivos sostenidos en la educación superior como un
¿Qué será lo nuevo en la universidad pospandemia?
De acuerdo a lo expresado anteriormente, la tendencia será la de utilizar las tecnologías en la mayor parte de las actividades realizadas en la universidad, tanto en las relativas a la administración y la gestión como en las relacionadas con la docencia, investigación y extensión. Estas inclusive comenzarán a potenciarse para favorecer los procesos de internacionalización promovidos desde hace un tiempo en las instituciones universitarias. Seguramente el sostén que brindan estas tecnologías abra la necesaria discusión sobre los problemas de inclusión y la concreción del derecho a la educación superior, pues las tecnologías no solucionarán algunos problemas diagnosticados desde hace largo tiempo y, en algunos casos, estos probablemente se acentuarán. En una entrevista Boaventura de Souza Santos decía “El virus es un pedagogo que nos intenta decir algo. El problema es saber si vamos a escucharlo”. Se abre un espacio para reflexionar en las instituciones sobre cuestiones centrales relacionadas con la formación profesional, con la producción de conocimientos y el compromiso de las instituciones universitarias en un escenario complejo como el que nos tocó transitar, en el que la crisis sanitaria agudizó las profundas desigualdades existentes entre regiones y países, a fin de sostener sociedades más igualitarias, justas y solidarias. Será necesario consensuar una institucionalidad en pos de estos valores luego de un tiempo prolongado atravesado por diversos tipos de sufrimiento individual y colectivo producto de los efectos de la pandemia en distintas escalas.
Se pueden ver acá todas las respuestas que publicamos hasta hoy. En los próximos días iremos compartiendo más.