¿Qué enseñanzas nos deja la pandemia?
Mi experiencia más cercana no es en la universidad, sino en la asesoría de sindicatos docentes, salvo con la Universidad Nacional del Sur, donde estuvimos preparando un curso a los docentes sobre la escuela. La pandemia nos ha tomado de sorpresa a todo el mundo, tanto en la relación maestro-alumno como al mundo de la conducción. El paso hacia un ambiente familiar de algo que estaba y estaba tan institucionalizado ha dejado marcas muy importantes. El trabajar en la casa ha traído un ámbito diferente y, al principio, aparecieron cosas no solamente novedosas sino inquietantes: ¿qué hago con el resto de la familia? Los hijos de los docentes se disputaban la computadora con la madre, con el padre, entre ellos. Un clima muy interesante, inquietante y a veces muy perturbador. Todo esto ha dejado por supuesto sus lesiones, sus rastros. El tema exige un análisis mucho más profundo que la circunstancia más banal con la cual se dice “bueno, que lo virtual y lo presencial, etc., etc.”. Creo que la relación entre forma virtual y la forma presencial va a dar un salto histórico en el trabajo docente. Se han tenido que superar las dificultades, las torpezas que se puede tener en el uso del instrumento, y se ha tratado de llevar el concepto de lo virtual a un espacio que todavía desde el punto de vista de la docencia está por crearse, y del cual creo que tenemos bastante para trabajar.
¿Cómo se proyecta el regreso a las aulas en 2022?
El regreso a lo presencial en algunas materias y algunas carreras ya se ha dado. Hay alguna dificultad con respecto a la presencia de los estudiantes. No todos viven cerca de la facultad o la universidad. Muchos estudiantes estuvieron ausentes porque no fueron a vivir a las ciudades, porque directamente no rentaron sus departamentos o lugares para vivir. Ahora recién empezaron a acercarse porque los exámenes se están tomando de manera presencial.
Pienso que los docentes están pensando su situación de manera presencial el año próximo. No es una situación que aparezca como demasiado estimulante o agradable, porque la verdad es que en forma virtual han trabajado bastante bien. Más difícil fue en la primaria o en la secundaria. Nos va a faltar el tiempo en estas -digamos- “vacaciones” porque la gente va a tener que estar estudiando para ver cómo va a tener que abrir el año próximo y cómo se va a seguir trabajando. La presencialidad para el año que viene va a traer novedades, pero van a estar procesadas con toda esta experiencia de dos años de virtualidad, que no ha sido en vano hacer. Creo que lo virtual está recién abierto y va a tener muchas novedades, todas interesantes, para el trabajo docente en todos los estadios del sistema, especialmente en la universidad, en donde lo virtual ya se estaba usando. El tema es que todo está atravesado por el miedo a la muerte, el miedo a la enfermedad, el miedo a las secuelas que puede dejar esta pandemia, que no podemos negar.¿Cuál es el sustrato emocional de todo esto? Pocas veces, al menos esta generación, ha atravesado situaciones de tanto riesgo.
¿Qué será lo nuevo en la universidad pospandemia?
Yo creo que hay mucho nuevo. Mi mensaje, que ya lo he dado en otras oportunidades, es: no tapemos lo nuevo descartándolo como una cosa dramática y terrible. Lo nuevo trae muchas cosas interesantes, inéditas. La docencia no puede perder lo inédito. Dejémonos de repetir. Acodémonos de aquel dicho: “recordar para no repetir porque, si no, se repite para no recordar”. Acá el recordar es abrir lo nuevo, abrir lo angustiante, abrir lo estimulante. Hay bueno, malo, enfermo, sano, que nos va a dar un futuro diferente, absolutamente diferente. Y en especial, dentro de la universidad, a las carreras que están vinculadas con la enseñanza.
Se pueden ver acá todas las respuestas que publicamos hasta hoy. En los próximos días iremos compartiendo más.