La Confederación Nacional de Trabajadores en la Educación (CNTE) de Brasil repudió el nombramiento de Abraham Weintraub, un hombre que proviene del mercado financiero, al frente del Ministerio de Educación y denunció que su designación «apunta hacia la profundización de las políticas para mercantilizar y privatizar la educación» del país.
En una nota pública, la central de educadores rechazó el «tono vulgar y grosero» del funcionario. «Exactamente a la imagen y semejanza del actual presidente de la República, el actual ministro también da preferencia en su oratoria a dirigirse de modo agresivo a sus interlocutores, además de propagar las sandeces que ya se han convertido en la marca de este gobierno, en especial al mostrarse obsesionado con combatir el presunto ‘marxismo cultural’ que, según afirma, ha acaparado el ambiente educativo», explica.
Weintraub fue precedido –en lo que la CNTE llama «breve y patética gestión»– por Ricardo Vélez Rodríguez, un colombiano-brasileño que «ha demostrado una absoluta falta de preparación en temas afines a sus atribuciones, que se esforzó todo lo que pudo solo en ejecutar la política de militarización de las escuelas, su verdadera obsesión». Ambos fueron propuestos por el poderoso asesor de Jair Bolsonaro, Olavo de Carvalho.
De todas formas, añade la Central, «todo esto queda pequeño ante el proyecto privatizador y mercantil que el actual ministro incorpora y defiende para la educación». Es decir, el proyecto de militarización y combate ideológico ala izquierda se combina con una creciente asignación de dinero público a grupos privados nacionales e internacionales del «mercado de la educación».
El comunicado culmina con un firme llamado a la «lucha y resistencia de todos/as los/as trabajadores/as en educación» para detener el proyecto «privatizador y entreguista de Bolsonaro».
El texto completo de la nota es el siguiente:
NOTA PÚBLICA
El nuevo ministro de Educación, Abrahan Weintraub, apunta hacia la profundización de las políticas para mercantilizar y privatizar la educación en Brasil
Ya se esperaba la caída del ex ministro Ricardo Vélez Rodríguez. El colombiano naturalizado brasileño, elegido a dedo por Olavo de Carvalho, el gurú y mentor de importantes segmentos del gobierno de Jair Bolsonaro, se mostró débil e incompetente para gestionar uno de los más grandes presupuestos de la Explanada de los Ministerios brasileños. En sus poco más de tres meses en el puesto, Vélez ha demostrado una absoluta falta de preparación en temas afines a sus atribuciones, manifestando públicamente su desconocimiento de las políticas educativas necesarias del país. Su participación en la audiencia pública de la Comisión de Educación de la Cámara Federal el pasado 27 de marzo fue la gota que colmó el vaso de su breve y patética gestión, que se esforzó todo lo que pudo solo en ejecutar la política de militarización de las escuelas, su verdadera obsesión mientras ha sido ministro.
El nuevo ministro, también indicado por Olavo de Carvalho, es un hombre que viene del mercado financiero. Abrahan Weintraub tampoco conoce los temas de educación pero, a diferencia de Vélez, se presenta como un agente más apto para dar consecución a las políticas para mercantilizar y privatizar la educación brasileña, en consonancia con su trayectoria profesional como economista, marcada por haber pasado por bancos y corredurías. Quizás en lo que más se parece a su antecesor –que además es la marca general de gran parte de los nuevos miembros de este gobierno– es en el tono vulgar y grosero de los que ahora ocupan la Explanada de los Ministerios en Brasilia. Exactamente a la imagen y semejanza del actual presidente de la República, el actual ministro también da preferencia en su oratoria a dirigirse de modo agresivo a sus interlocutores, además de propagar las sandeces que ya se han convertido en la marca de este gobierno, en especial al mostrarse obsesionado con combatir el presunto «marxismo cultural» que, según afirma, ha acaparado el ambiente educativo.
Más de una vez el gestor que hoy ocupa el cargo de Ministro de Educación ha descalificado pensamientos políticos diferentes a los suyos, incitando en una charla que fue gravada y largamente difundida en las redes sociales a que, al toparse con alguien de izquierdas (comunista o socialista, según sus palabras), se le acribille con improperios. En otra ocasión, defendió que las universidades de algunos lugares no pueden ofrecer carreras de sociología o filosofía. Y este es el nivel del actual ministro de Educación de Brasil. Indigencia política y moral, además de incontinencia verbal, son las marcas cada vez más comunes de los actuales gestores federales de Brasil, al amparo del gobierno de Bolsonaro.
Pero todo esto queda pequeño ante el proyecto privatizador y mercantil que el actual ministro incorpora y defiende para la educación. Como el hombre de mercado que es, este ministro manifiesta la opción política del gobierno para la educación brasileña. El objetivo, ahora más que nunca, es mercantilizar y privatizar la educación, abriendo aun más el desagüe de las arcas públicas hacia manos privadas. El actual mandatario del MEC, además de mantener las políticas de militarización y combate ideológico a la izquierda, será avalista de las políticas que asignarán partidas de dinero público destinadas a la educación a grupos nacionales e internacionales del «mercado de la educación». En contra de todo ello cerraremos filas para permanentemente denunciar e impedir ese proceso que, no nos engañemos, no será para nada parecido a la privatización de una empresa pública en una subasta o en el parqué de la Bolsa de Valores. La privatización de la educación, como ya hemos denunciado en varias ocasiones, casi siempre viene precedida de procesos de mercantilización, lentos y graduales, que muchas veces pasan desapercibidos por la mayoría de las personas. Así se hará con nuestra educación pública. Pero eso no se dará sin mucha lucha y resistencia por parte de todos/as los/as trabajadores/as en educación de este país. ¡Impediremos ese proyecto privatizador y entreguista del gobierno de Bolsonaro!
Brasilia, 9 de abril de 2019
Dirección Ejecutiva de la CNTE