Con una charla con Pablo Manzanelli y Mariana González, economistas de CIFRA-CTA, se realizó el 3 de junio el primer encuentro online del ciclo “Debates de coyuntura política”, que organizan el IEC y la Secretaría de Organización de CONADU. Como explicó Yamile Socolovsky (directora del IEC), el sentido de este ciclo es que, más allá de el estado de emergencia en que se encuentra el mundo, no se dejen de “discutir las cuestiones estructurales que están pendientes y que es necesario mantener en el horizonte de nuestra perspectiva de transformación de esta sociedad”.
En ese sentido, el primer encuentro, que se tituló “Cambios recientes en el esquema tributario: el desafío de la justicia impositiva”, tuvo como objetivo no solo abordar cuestiones de coyuntura como el impuesto a las grandes fortunas o las modificaciones en el impuesto a las ganancias, tanto para las empresas como para los salarios (como afecta también a algunos docentes universitarios, se hizo un informe detallado de cómo impactará) sino también ensayar una aproximación a los diversos problemas del sistema tributario argentino y la formas en que se puede avanzar hacia una mayor progresividad.
Con la coordinación de Belén Sotelo (coordinadora de actividades académicas del IEC), quien explicó al inicio del encuentro el sentido del ciclo que se inauguraba, y tras una presentación a cargo de Yamile Socolovsky, el primero en exponer fue Pablo Manzanelli. Luego de un análisis de los cambios tributarios regresivos implementados durante el gobierno de Mauricio Macri, una descripción de la crisis económica profundizada por la pandemia y una caracterización del Frente de Todos, pasó a explicar los detalles de concepción y aplicación del Aporte Solidario y Extraordinario para Ayudar a Morigerar los Efectos de la Pandemia que se aplicó a las grandes fortunas.
El economista, que estuvo involucrado en la génesis del proyecto al interior de la CTA, destacó que los resultados indican que “no es una recaudación marginal”, dado que alcanzan al 1% del PBI, y que “lo que más preocupa” a los sectores económicos concentrados no es tanto impuesto en sí como el hecho de que “dejó un antecedente”. Manzanelli destacó que poco a poco el impuesto fue demostrando que todos los argumentos en su contra eran falsos, como el que iba a afectar la inversión. “No afecta la inversión –explicó– porque el grueso del aporte no solo está concentrado en 10 mil personas sino que el 70 por ciento está explicado por las mil personas que más tributaban, que suelen ser empresarios de grandes empresas, empresas que en buena medida continuaron activas durante la pandemia”.
Además de repasar otros cambios impositivos en el gobierno del Frente de Todos, como el aumento de las retenciones, el impuesto PAIS y el incremento de las alícuotas de bienes personales, que habían sido reducidas por Macri, se detuvo en los cambios que se acaban de aprobar en el impuesto a las Ganancias de las empresas. A diferencia de Macri, que emprendió un camino de reducción de ese impuesto, esta modificación revierte esa orientación pero establece una escala diferencial de alícuotas de acuerdo a sus ganancias, de manera que las empresas pequeñas y medianas no tengan la misma imposición que las más grandes, que retornarán a una alícuota del 35%, que era la que tenían en 2015. “La idea de pensar escalas es muy importante en la Argentina porque la economía funciona con dos ruedas: por un lado, los sectores dominantes. Por el otro, el resto del entramado productivo, que constantemente está invirtiendo porque no le queda otra, porque, si no, lo come el mercado, la competencia extranjera, etc”.
Si bien evaluó positivo el cambio, Manzanelli advirtió que también se podría haber ido un poco más allá. “Solo 1500 empresas, el 0,9% de lxs contribuyentes de impuesto a las ganancias, concentran el 64% de las ganancias netas imponibles”, explicó. Por lo tanto, un incremento de solo un punto (a 36%) sobre ese núcleo, hubiera aportado enormes recursos sin afectar la inversión. “La encuesta del INDEC muestra que la tasa de inversión se mantiene inmutable en todo el siglo XXI, independientemente incluso de las situaciones expansivas de la economía. Si actuamos ahí, lo único que vamos a tener no es menos inversión sino menos fuga de capitales”, argumentó. “Queda para una reforma posterior.”
Por su parte, Mariana González explicó con mucho detalle y claridad la exención del pago del llamado Impuesto a las Ganancias para aquellos que ganan menos de 150 mil pesos brutos. La economista remarcó que, más allá de que los bajos su aplicación en las categorías más bajas impacte sobre salarios que no implican un ingreso extraordinario, este impuesto es un impuesto progresivo y que debe existir, aunque deba rediscutirse la conformación de las escalas. “Cuando uno mira la gran heterogeneidad salarial que existe en nuestro mercado laboral, es difícil decir que no debe existir”.
Durante el macrismo, mostró González, perdieron importancia en la recaudación los impuestos progresivos y crecieron los regresivos. A su vez, si se recorre la cantidad de asalariados alcanzados por la cuarta categoría, se ve que desde los últimos años del kirchnerismo esta ha ido variando sustancialmente por distintos factores. La reforma sancionada este año, que empezó a ponerse en práctica, busca retrotraer la cantidad de trabajadores afectados a la mitad.
González señaló dos problemas de la reforma. Una es que que, como había ocurrido en 2013 (cuando se estableció también un tope), esta modificación no considera si el contribuyente tiene cónyuge o hijos, lo cual produce inequidades. La otra es que no se modificó el mínimo no imponible, por lo que quienes estén inmediatamente arriba de la exención, recibirán todo el peso del impuesto. Según señaló la expositora, actualmente la AFIP está evaluando una forma de empalme menos abrupta, al menos hasta los 173 mil pesos brutos de salario.
Al cruzar estas disposiciones con la tabla salarial de lxs docentes universitarios, González explicó que la mayor parte de ellos dejarán de pagar este impuesto, que solo alcanzará a Titulares con dedicación exclusiva con más de 17 años de antigüedad, asociados con más de 22 años, algunos cargos de colegios universitarios y algunas otras pocas categorías, algunas de las cuales, además, recibirán descuentos por la forma en que se calcula el impuesto.
Al cierre, lxs expositorxs respondieron algunas preguntas. En ese espacio, Yamile Socolovsky llamó la atención sobre el hecho de que no solo es importante una reforma impositiva: “Es importante avanzar en un esquema tributario progresivo, pero también la propia concentración económica se vuelve en un obstáculo a la hora de pensar esto en una clave política”.
Sobre el cierre, Federico Montero, secretario de Organización de CONADU, también hizo una evaluación política del momento, en donde llamó a hacer una lectura adecuada sobre el crecimiento de la concentración económica y las desigualdades durante la pandemia, que profundizaron lo que ya venía ocurriendo desde el macrismo. En ese sentido, señaló que, si no se consideran esas nuevas asimetrías, “no existe el argumento de que hay que pasar a la ofensiva como mera expresión de la correlación de fuerzas. También supone tener una cartografía adecuada de cómo se ha transformado esa correlación de fuerzas, por dónde se puede atacar, para salir de las peleas permanentemente defensivas o sectoriales. Si avanzamos, saber para dónde hay que avanzar”. Por ello, destacó el ciclo de Debates de Coyuntura Política como un modo no perder la perspectiva estratégica.
El video del conversatorio se puede ver aquí: