Si se cumple el proyecto de Ley propuesto por Cambiemos, los fondos asignados para el año que viene para las universidades mostrarán una caída real del 9,6% en relación a los establecidos en 2019. Así lo demuestra el nuevo informe sobre financiamiento de las universidades realizado por el IEC, que se puede leer y descargar de aquí.
En este 2019 las transferencias estipuladas son de poco más de 143 mil millones; en 2020 serán de cerca de 210 mil millones. Es decir, se observa un aumento del 46,7% en términos nominales. Sin embargo, ese aumento queda licuado porque la inflación no prevista de este año no fue compensada. En otros términos, para que el aumento del 2020 recuperara lo que se perdió este año, el aumento no debería ser de cerca del 47 sino de más del 62 por ciento. Esta es la razón por la que el aumento del crédito asignado, que en 2020 supera en 10,7% la inflación prevista para ese mismo año, no supone una mejora en términos reales (incluso suponiendo que por primera vez Cambiemos estima correctamente la inflación del año).
Por otra parte, las transferencias de capital (es decir, los fondos para infraestructura) caerán en un 9,3%, o sea, más de un 44% en términos reales considerando la inflación acumulada. Esto profundizará un proceso que se viene dando año a año: cada vez más, los fondos son solo para pagar salarios y gastos de funcionamiento, relegando la imprescindible mejora de las instalaciones.
Otras previsiones preocupantes son la desigualdad entre universidades en la distribución de fondos, la profundización de la caída de las becas, la desaparición de los «Proyectos especiales» y de la «Compensación salarial», la reducción a la insignificancia del FUNDAR y un recorte drástico en el FONID.
De esta forma, producto del estrepitoso fracaso económico y de gestión del Gobierno, la incidencia del presupuesto universitario en el PBI pasará del 0,85% en 2015 a al 0,66% en 2019 y 2020. Esa es quizás la gráfica más ilustrativa de lo que ocurrió en estos años.