Al cumplirse siete décadas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por parte de las Naciones Unidas, ocurrida el 10 de dicembre de 1945, la directora del IEC-CONADU, Yamile Socolovsky, publicó una nota en el sitio de la Internacional de la Educación (la organización que nuclea sindicatos de educadores de todo el mundo) en la que reflexiona sobre el valor y la vigencia de aquel documento.
La columna, titulada “Una bandera de lucha por la humanidad”, plantea la idea de que, desde una concepción de la democracia como “una lucha inconclusa e inagotable”, los derechos humanos “deben volver a ser pensados, exigidos, defendidos una y otra vez”. En ese sentido, Socolovsky recordó cómo la reivindicación de los derechos humanos ha articulado en la Argentina no solo la oposición a la última dictadura sino también “las luchas contra el neoliberalismo pos-dictatorial” y fue “la marca distintiva de los procesos democrático-populares que, en Argentina y en no pocos países de América Latina, alumbraron la primera década y media de este siglo”.
En un contexto mundial en que se verifica un “muy peligroso proceso de cierre autoritario, que pone en jaque a la democracia desde su propia base”, a través del recrudecimiento de los discursos que defienden políticas de la desigualdad y alientan la represión que las garantice. Frente a eso, la directora del IEC-CONADU reivindica el valor de los derechos humanos como argumento de disputa democrática y el rol fundamental que cumplen tanto las organizaciones de trabajadoras y trabajadores como la idea de la educación entendida como derecho universal en la resistencia a esos procesos.
Leé la nota completa aquí (versión en inglés, versión en francés).