El contraste entre lo que prevé para 2019 y lo que recibió el Gobierno de la Alianza Cambiemos cuatro años antes es palmario. El informe Ajuste y oscuridad en el presupuesto universitario, que realiza un minucioso análisis del proyecto de ley de presupuesto que ingresó al recinto de Diputados a fin de octubre, muestra, entre otros datos, que, si continúa en este rumbo, el PBI per cápita del país habrá caído un 6% en relación a la situación que recibió la Alianza Cambiemos en 2015.
En ese contexto de fracaso económico, el único rubro que exhibe un cuantioso aumento en la auta de gastos para el año próximo es el correspondiente a los intereses de la deuda pública que el Gobierno incrementó en los últimos tres años. El Presupuesto prevé una inflación de 34,8%. En relación a ella, mientras la pauta general de incremento para la Administración Pública es de 27,4%, el pago de intereses de la deuda se duplicaría, con un crecimiento de 48,8%.
Esto se produce, por lo tanto, en el marco de un ajuste en todas las líneas del Estado, mucho más si se contrasta con la situación que recibió en 2015. En “Educación y cultura”, si se cumple el Presupuesto propuesto por el Ejecutivo, la caída en términos reales será de un 27%.
En el caso de las universidades nacionales, si bien en el presupuesto 2019 algunas partidas acompañan en términos generales el guarismo de la inflación prevista (siempre y cuando se cumpla y las partidas se ejecuten en tiempo y forma), si se lo pone en relación a 2017, luego del pico inflacionario de 2018, el presupuesto universitario habrá caído 15,9% en términos reales en solo dos años.