La tendencia hacia la privatización y la mercantilización de la educación superior, dominante en todo el mundo, ha cobrado nuevo vigor en el continente americano desde que nuevas expresiones de la derecha liberal que han accedido a los gobiernos nacionales de la región. Esa es la principal certeza que se desprende del seminario internacional “Tendencias y conflictos actuales en la educación superior”, organizado el jueves 17 por el Instituto de Estudios y Capacitación (IEC) de CONADU en una de las sedes de la Universidad Nacional de las Artes.
Presentados por la directora del IEC, Yamile Socolovsky, El encuentro contó con exposiciones a cargo de Damián Del Valle, coordinador de la Plataforma Regional de Integración Universitaria (PRIU/IEC-CONADU), y de Fernanda Saforcada, quien lleva adelante en el Instituto un proyecto de investigación sobre privatización y mercantilización de la educación superior en América Latina que está comenzando a desarrollarse en el marco de una campaña global de la Internacional de la Educación (la entidad que agrupa a sindicatos docentes de todos los niveles de distintas partes del mundo).
En segunda instancia, relataron la situación en cada uno de sus países representantes de distintos sindicatos de docentes universitarios: Santiago Guillermo Ventura, de FAPROUASD (República Dominicana); Nelson Sifuentes, de FENDUP (Perú); Eduardo Rolim de Oliveira, de PROIFES (Brasil); Miguel Alejandro Ramos Tapia, de FAUECH (Chile) y GEW (Alemania).
Del Valle basó su análisis de las posturas asumidas por la UNESCO y los actores de la educación superior latinoamericana y caribeña en las Conferencias Regionales de Educación Superior (CRES) realizadas en La Habana (1996), Cartagena de Indias (2008) y Córdoba (2018). Al respecto, advirtió que, en un contexto regional muy distinto al encuentro en Colombia, donde se alcanzó la histórica definición de la educación superior como “un bien público social, un derecho humano y universal y un deber del Estado”. El coordinador de PRIU recordó que por entonces la UNESCO estaba en línea con ese principio, algo que no parece advertir del todo respecto a la Declaración de Córdoba.
Si bien en junio pasado se ratificó aquel principio, Del Valle denunció un intento del organismo internacional por modificar la Declaración. “Los organizadores tenían la idea de una Conferencia absolutamente cerrada, con expertos amigos de los gobiernos, pero lo que apareció fue la fuerte organización de los actores (sindicatos, estudiantes, redes), con momentos como el Coloquio Regional de noviembre en Buenos Aires o el Encuentro Latinoamericano que se hizo el día anterior. Por eso, a pesar del interés de la propia UNESCO e incluso de miembros de la universidad organizadora, de abajo hacia arriba se planteó una resistencia que por lo menos sostuviera lo logrado en 2008. Sin embargo, creo que se logró un poco más en un contexto adverso: la última declaración, en el Centenario de la Reforma, tuvo una retórica muy distinta a lo que busca un organismo multilateral, una retórica política. No lo vimos en el momento, pero es producto del modo en que se gestó esa declaración”.
Para Del Valle, ese fue el motivo por el que la UNESCO quiere retomar el liderazgo en el proceso retocando la Declaración con posterioridad y presentando un borrador de Plan de Acción cocinado que es absolutamente disonante con las definiciones políticas de la Declaración.
Fernanda Saforcada, por su parte, aclaró que el proyecto de investigación sobre privatización y mercantilización recién estaba en sus “primeros pasos”. Por eso, más que conclusiones, prefirió explicar el esquema con que se está abordando el fenómeno en el nivel universitario, algo que no está tan desarrollado como en las otras instancias educativas.
En esa línea, esbozó un panorama de las principales tendencias en la región, marcadas por la expansión de los sistemas de educación superior (tanto en matrícula como en instituciones, carreas y títulos), cambios en la lógica de distribución de los fondos públicos (más acordes con las lógicas de mercado, basadas en los resultados) y un fuerte impulso a la internacionalización, también sobre parámetros mercantiles. Estas tendencias de “articulación entre conocimiento y mercado”, detalló, dieron sus primeros pasos en los 60, pero tuvieron una aceleración en la década de 1990 y nunca se detuvieron. “A nivel mundial hubo una continuidad sostenida. En América Latina también hubo gobiernos de continuidad liberal, aunque aparecieron proyectos de fortalecimiento de lo público y ampliación de derechos”. Sin embargo, esto no alcanzó para revertir una orientación que actualmente cobró nuevo vigor.
Más allá de la privatización convencional, reflejada en el aumento de la matrícula y las instituciones del sistema, Saforcada explicó la razón de hablar también de “mercantilización”, en el sentido de la introducción de lógicas de mercado en el ámbito público universitario y científico. Esto se detecta, por ejemplo, en la distribución de fondos para la investigación según su posible conexión con el espacio productivo, formas de evaluar a instituciones y profesionales que tienen que ver con la productividad, mecanismos de competencia, la influencia de grandes empresas trasnacionales en la definición de políticas públicas y lo que Saforacada llamó la “privatización ideológica o simbólica”, que se expresa en fenómenos tan distintos como “la construcción de una mirada positiva sobre lo privado o la naturalización, por ejemplo, de algo como la autosustentación de los posgrados”.
Luego de una serie de intercambios con el público, los representantes sindicales ilustraron con ejemplos puntuales de cada uno de sus países la particularidad que asumieron y asumen estas tendencias, como la creciente absorción de fondos públicos por parte de instituciones privadas, la captación de la matrícula de estudiantes que alcanza tasas tan altas como el 85% de Brasil o circunstancias como el hecho de que varios representantes parlamentarios son dueños de empresas educativas, como ocurrió por ejemplo en Perú. Más allá de las vicisitudes de la educación superior, reconociendo el interés de los asistentes, el representante brasileño, Eduardo Rolim de Oliveira, hizo además un pormenorizado repaso de las causas que colocaron a Jair Bolsonaro a las puertas de las Presidencia de Brasil.