El acto de clausura del Encuentro Latinoamericano contra el Neoliberalismo se desarrolló con carteles en las manos que reclamaban “Lula Libre”, pañuelos verdes por la legalización del aborto y cantos que constantemente bajaban desde las gradas. Presentado por Federico Montero (secretario de Organización de CONADU), abrió el estadounidense David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación, que nuclea a sindicatos de docentes de más de 170 países. “Los 32 millones de docentes, investigadores y gente que trabaja en las escuelas y universidades alrededor del mundo están con ustedes en esta lucha”, comenzó, antes de relatar cómo, durante la década y media anterior, al ver cómo se había salido del neoliberalismo y se había reconstruido el Estado, más de una vez trajo a la Argentina “gente de todo el mundo para que vea que es posible, que es posible ganar y construir algo nuevo”. Al concluir, prometió volver pronto para mostrar que “ustedes lo han logrado nuevamente”.
Roberto Baradel, secretario general de SUTEBA, relató una reciente visita a la Universidad Nacional de Hurlingham y recordó las palabras de la gobernadora María Eugenia Vidal respecto a que los pobres no entran a la universidad. “La mejor respuesta a ese pensamiento –dijo– lo están dando los pibes en cada una de las universidades y hoy ustedes acá, reivindicando y defendiendo el derecho a la educación superior. Nosotros decimos que donde está la escuela está la patria: donde está la universidad también está la patria. Y donde están los trabajadores, la escuela, la universidad y los estudiantes está la patria liberada”.
Cuando llegó el turno de Carlos De Feo, secretario general de CONADU, este advirtió que la Reforma Universitaria es un proceso, que comenzó en 1918 pero continuó en 1949 (año de la gratuidad de los estudios de grado, durante el peronismo, de que se cumplirán 60 años en 2019) y en 2010 (con la ley propuesta por la diputada Adriana Puiggrós que estableció el ingreso irrestricto). “Esas tres cuestiones –explicó De Feo– son las que definen a la universidad argentina, y por ellas vamos a luchar y no vamos a retroceder frente a los intentos de este Gobierno por destruirla. El proyecto que ellos tienen es el de una universidad que, traicionando a la Reforma, era una universidad de espaldas a las luchas y a los problemas de nuestro pueblo”.
El dirigente de CONADU puntualizó que, “en los últimos 15 años, con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, comenzamos una nueva reforma, con una nueva universidad que empezaba a dar respuestas a los problemas de un país soberano, democrático, con inclusión. Nosotros estamos dispuestos a luchar por eso. No nos vamos a dejar enganchar por ese relato que dice 'no peleen, hay que dialogar', cuando ellos no dialogan. La universidad tiene que luchar junto a nuestro pueblo, porque no hay universidad libre en un país dominado”.
Por último, intervino un ovacionado Hugo Yasky, diputado por Unidad Ciudadana y secretario general de la CTA de los Trabajadores. “Me voy de acá conmovido, lleno de fuerza. Me han hecho sentir joven, me han hecho sentir que lo que estamos construyendo no es una idea de una minoría que piensa con añoranza en volver al pasado. Lo que estamos construyendo es el modelo para una lucha por la que la pobreza, la desigualdad, la opresión, la represión, el odio a los pobres sean definitivamente borrados de la faz de esta nación”.
Al escuchar el canto “Universidad de los trabajadores”, Yasky le sumó “y de las trabajadoras” y opinó que “expresa la síntesis que le da sentido a la construcción. La clase dominante de este país quiere liquidar la universidad pública porque quiere liquidar los derechos sociales, porque quiere mano de obra barata, porque quiere un pueblo arrodillado, sin memoria, sin historia, sin proyecto político”. Por eso, convocó al paro general que las dos CTA y el sindicato de Camioneros habían llamado para unos días después, el 14 de junio, aunque prometió que, pese a que por entonces la CGT había rehusado a sumarse, “en algún momento todos vamos a volver” a esa Central.
Ese día, la titular del FMI, Christine Lagarde, había afirmado que era muy importante ver el grado de acompañamiento de la sociedad al plan de ajuste. “Por eso –dijo Yasky–, la foto que tiene que recorrer el mundo es la del pueblo en la calle”, tanto para frenar el ajuste como para impulsar la legalización del aborto. “La lucha contra la opresión de esta clase dominante es también la lucha contra el patriarcado, la lucha contra el desprecio a nuestros hermanos de clase porque tienen la piel negra o porque viven en las villas, es también la lucha contra la opresión colonial que hoy, en la Argentina, y hasta que los echemos, es el FMI”.