Luego de la presentación del Encuentro contra el Neoliberalismo, a cargo de Yamile Socolovsky (IEC-CONADU), abrió la mesa de inicio Javier Blanco (ADIUC-CONADU), quien advirtió sobre los usos desvirtuados que se hicieron de la Reforma de 1918, un tema recurrente en varios participantes: “La Reforma es un significante ambivalente, pero es nuestra. Somos nosotros los que vamos a defender la universidad pública y la producción de un conocimiento no servil, al servicio de las mayorías”.
Siguieron luego las intervenciones de los visitantes de otros países. Freddy Álvarez (UNAE) eligió leer un pasaje de la Declaración de Chuquipata, con la que culminó el III Congreso Internacional de Educación que organizó la UNAE en mayo: “Esta declaración no nace en las ciudades, en las cercanías de los centros de poder de las élites o en las torres de marfil en las que por mucho tiempo se ha autoaislado buena parte del mundo académico. Chuquipata, el escenario de esta declaración, representa geográficamente y simbólicamente la frontera de la marginalidad social y de las formas de conocimiento que el poder epistémico ha definido 'otras'. Escribimos desde Chuquipata, en América Latina porque nuestra visión nace desde el Sur. Somos conscientes que es desde el Sur que hoy nacen las alternativas y las oportunidades de transformación, pues paradójicamente es en los espacios donde mayores han sido las desigualdades y las dominaciones que hoy se abren espacios para reimaginar y soñar nuevos mundos, para recuperar el valor de nuestros epistemes y nuestros saberes liberadores”.
Ángela Maria Paiva Cruz (UFRGN) mostró su preocupación por el momento que atraviesa Brasil y relató las conquistas de los últimos años. “Venimos de 15 años de una profunda reestructuración de la educación superior, con políticas de democratización, permanencia y egreso para nuestros estudiantes –explicó–. En esos 15 años, hemos implantado una reforma, principalmente en las universidades federales, que doblaron su tamaño, y en paralelo vimos el perfeccionamiento de la política de inclusión y finalización. En las universidades federales, a las que antes iba una minoría de estudiantes de los contingentes más vulnerables de la sociedad y de las escuelas públicas, hoy dos tercios de los estudiantes vienen de familias que tienen hasta un salario mínimo y medio per cápita”. La rectora describió la pequeñez del sistema público en un país en donde solo uno de cada cinco jóvenes alcanza estudios luego de la escuela media. “El sistema público de Brasil es bastante pequeño. Estamos hablando del 15% de las matrículas. Estos desafíos pueden ser semejantes a los de otros países de América Latina, pero nosotros tenemos además una amenaza permanente: un cambio en la visión de Estado y de la universidad en un país que tiene menos del 20% de estudiantes matriculados en la educación superior, una de las peores medias de América Latina, si no la peor”.
También de Brasil, Fátima da Silva (IEAL), reforzó el análisis del momento histórico que atraviesa el continente, con la emergencia de “gobiernos entreguistas y golpistas” y el encarcelamiento de líderes populares como Lula. Frente a ello, en medio de cantos de la multitud que coreaba “¡Lula libre!” y “¡Lula presidente!”, llamó a reavivar los ideales bolivarianos de unidad latinoamericana. Vinculándolo con la situación de la educación superior, recordó que Lula, que llegó a presidente solo con el tercer grado de escolaridad, creó 18 nuevas universidades, entre ellas la UNILA (Universidade Federal da Integração Latino-Americana) y la UNILAB (Universidade da Integração Internacional da Lusofonia Afro-Brasileira), es decir “la mirada integracionista de América Latina” y la necesidad de “pagar la deuda que tenemos con África con universidades”.
Al cierre de la mesa de apertura, intervino Carlos De Feo (CONADU), quien, frente al panorama complejo que muestra el continente, hizo un llamado a seguir luchando por una universidad popular y democrática: “No vamos a entregar la universidad. Estamos de pie y vamos a luchar y a volver a instalar en nuestros países gobiernos populares. Nuevamente los universitarios vamos a seguir trabajando para que la universidad sea un derecho, para que los jóvenes de menores recursos puedan acceder, pero también para que nuestros pueblos tengan una herramienta que hoy es fundamental para dejar atrás 500 años de oscuridad, para que volvamos a tener soberanía, justicia y el desarrollo que nuestros países se merecen”.